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ESQUÍ y SNOWBOARD EN EL ATLAS

CAMPEONATO ESQUÍ Y SNOWBOARD EN EL ALTO ATLAS MARROQUÍ

Campeonato de Esquí y Snowboard en el alto Atlas de Marruecos

Un grupo de riders españoles se desplazan a Marruecos para competir representando a España frente a los mejores esquiadores marroquíes. El viaje es toda una aventura, organizado sobre la marcha y recorriendo, casi por completo, el país de los Bereberes.

PREPARACIÓN.

Me despertó Alvaro a las 10.30 am:

- Acabo de llegar de Sierra Nevada. Un amigo me ha contado que hay una competición de esquí y snow en una estación de Marruecos. A los participantes les pagan el alojamiento y la comida, ¿te vienes?

Inmediatamente me preparé el macuto y el equipo mientras Alvaro venía a buscarme.

Tardó 25 minutos. Al llegar me contó todo lo que sabía: La Real Federación Marroquí de Esquí y Montaña organizaba unos campeonatos de esquí y snowboard con motivo del aniversario de la coronación del Rey.

El campeonato se celebraba en la estación de esquí de Oukaimedenn, situada cerca del macizo del Toubkal, de cuatro mil ciento sesenta y siete metros, en el Alto Atlas. Los gastos de los participantes están cubiertos. En la Federación Andaluza tenían más información. Por tanto nos dirigimos a casa de Álvaro, a por algo de comida y a preparar la furgo.

Metimos unos colchones, material, la cocina, y comida. Su hermano Raúl "Pichu" se apuntó en cuanto nos vio. Comimos bien y nos enfilamos para Granada, donde estaba la Federación Andaluza. Llegamos a punto de que cerrasen, nos dieron una copia del fax recibido de la Federación Marroquí, donde venía el programa de la competición.

Campeonato de Esquí y Snowboard en el alto Atlas de Marruecos

Según el programa, en dos días empezaba la competición, así que nos fuimos a nuestra casa en Sierra Nevada a por más material. Allí estaba Antonio González "Tito", que no dudó en apuntarse al equipo de la Asociación Española de Deportes Extremos.

Alvaro Molina, Raul Molina y Antonio González participarían en snowboard y David Castán en esquí. Había más gente que habían salido el día anterior de Sierra Nevada, pero no sabíamos quienes eran. Seguro que estaba nuestro amigo Sami, que fue quien nos puso en conocimiento del campeonato.

Esa noche la pasamos durmiendo en la furgoneta en el puerto de Algeciras.

En el mapa buscamos la estación de Oukaimeden, estaba cerca de Marrakech. La ruta pasaba por Larache, Kenitra, Rabat, Casablanca y Marrakech.

PRIMER DÍA EN MARRUECOS.

Cogimos el primer ferry a Ceuta, y en media hora estábamos en el otro continente.

Llegamos a la ralentizada frontera de Marruecos y comenzaron nuestros problemas:

Tardamos un buen rato en entregar en ventanilla los cuatro pasaportes, pero el militar encargado de tramitar los visados cogió todos menos el de Tito; sus continuos viajes para hacer snowboard por todo el mundo habían deteriorado el documento. Sumado a las "rastas" de su pelo hacían "sospechoso" su pasaporte.

- El militar dijo "carnet"

Tito no tenía DNI, así que no dijimos nada. El militar ya estaba en su mesa y el pasaporte de Tito en nuestras manos, ¡¡ Uno que se queda en España !!.

Nos pusimos a buscar algo en la furgoneta, pero parecía inútil. O le damos el carnet o le damos dinero, esa parecía la única solución. Precisamente, dinero era lo único que no teníamos, apenas cinco mil pesetas entre todos, para ir y venir a Oukäimeden. El depósito lleno, y el billete de vuelta pagado.

Pero vimos la revista snowplanet del mes anterior... ¡¡ Idea !!, Tito salía en la revista.

Fuimos corriendo a enseñar la revista al militar, con varias fotos de Tito haciendo snowboard, sus rastas eran ahora su perfecta identificación, se montó un buen jaleo en la frontera. Todos querían ver a Tito en persona y en la revista.

La copia del fax que envió la Federación de Marruecos, con el sello de la Corona Real, eran todas las explicaciones que teníamos que dar, todos los militares eran "amigos" y nos daban suerte para el viaje y la competición, "adiós alpinistas", "bslama " repetían.

Empezaba el buen rollo. Sólo conducíamos Alvaro y Castán, pero decidimos hacer el viaje del tirón y llegar lo más pronto posible a Oukaimeden. Era bastante temprano, teníamos el depósito lleno y unos mil quinientos kilómetros por delante. En el mapa se ve que hay una autopista desde Larache a Casablanca, pero de peaje, así que tendremos que ir por nacionales y dejar el dinero para gasoil.

Nos pusimos en marcha. Apenas paramos para hacer alguna foto, repostar y cambiar de conductor.

Llegamos en dieciseis horas, era de noche y en la oscuridad distinguíamos unas montañas enormes y unos valles profundos mientras ascendíamos por un puerto de montaña asfaltado como un camino forestal, que prometía unas tremendas vistas por el día.

En los últimos kilómetros del puerto la nieve acumulada en los márgenes nos avisaba del paquetón que íbamos a disfrutar al día siguiente. El viaje ya era un éxito. Cenamos una sopa caliente y dormimos en la furgoneta rodeados de un manto blanco y con el cielo totalmente estrellado.

Campeonato de Esquí y Snowboard en el alto Atlas de Marruecos. SEGUNDO DÍA.

A las siete de la mañana nos despertaron el resto del equipo de españoles, sorprendidos de nuestra llegada un día más tarde. Estabán Sami, Ulises, Reyes, Emilio, Jorge, Santi, Verónica, MariLuz, Mustafá y Pablo, del club TELEMARK de Sierra Nevada.

Inmediatamente nos buscaron alojamiento, y nos fuimos a disfrutar del tremendo paquetón de nieve que teníamos delante, con montañas que rondan los cuatro mil metros.

Una única silla era la manera de llegar a la cima. Una silla muy antigua que te dejaba a cuatro mil metros con la visión del Alto Atlas y su macizo del Toubkal, de cuatro mil ciento sesenta y siete metros, totalmente nevado. Al norte, la llanura de Marrakech. Y el comienzo del desierto del Sahara, al sur.

Empezamos volando una cornisa y aterrizando en un colchón de nieve polvo de más de un metro y nos hicimos el primer freeride de la mañana sin dejar de ver la siguiente línea, y la de después. Estabámos practicamente solos, algunos marroquíes bajaban una especie de pista llena de baches y hoyos por donde iba a ser la competición, pero apenas salían fuera de las escasas pistas sin pisar de la estación (no tiene máquina). Todos los remontes eran la silla y cuatro perchas.

Teníamos todo el día para disfrutar de estas montañas salvajes y de fuertes pendientes donde había que tener cuidado con las avalanchas.

Había de todo: cornisas, saltos en rocas, palas, tubos, siempre habiendo huella. Había tal cantidad de nieve que las casas de piedra de los pastores estaban enterradas y perfectas para saltarlas.

Estuvimos haciendo líneas hasta firmar casi toda la montaña. La nieve era polvo, pero a lo largo del día el sol pegaba muy fuerte y al llegar la tarde la nieve estaba menos suelta.

Campeonato de Esquí y Snowboard en el alto Atlas de Marruecos. Sol y nieve

Todo el día disfrutando hasta el atardecer. Nuestros anfitriones de la Real Federación Marroquí de Esquí y Montaña, RFMSM nos obsequiaron con una estupenda cena después del sorteo de dorsales. Luego los componentes del equipo de la RFMSM hicieron una bajada nocturna con antorchas, ¡qué bonito espectáculo!

Después fuimos a las habitaciones, donde entre té y el intercambio cultural preparamos otras rutas en Marruecos. En nuestra habitación estaban un componente del equipo marroquí y un par de guías locales que nos indicaron muchos secretos del país de los Bereberes.

El fuerte sol de estas montañas estaba haciendo huella en varios componentes de los equipos a competir.

TERCER DÍA EN MARRUECOS.

Nos levantamos a las 6.00am. Mustafá no podía salir de la cama, tenía los ojos totalmente hinchados por el efecto del sol. La mayoría teníamos fuertes quemaduras en la cara y varios marroquíes también tenían los ojos hinchados. El que no había usado unas buenas gafas lo estaba sufriendo.

Nos invitaron a un estupendo desayuno y salimos hacia la zona de competición.

Los esquiadores teníamos los dorsales cinco y seis. Los de snowboard tenían los dorsales a partir del cuarenta y cinco. Eramos sesenta competidores.

Al llegar a la zona de competición el espectáculo que habían montado era impresionante. Dos jaimas enormes llenas de tribunas, una gran mesa abarrotada de trofeos, la Guardia Real. Músicos, bailarines, y una gran multitud de Bereberes del Atlas vestidos con sus trajes de fiesta. Menudo espectáculo. Llegaron los ministros de deportes, cultura, militares de todos los cuerpos, sobre todo del cuerpo de montaña. Impresionante, con la música, los bailes... La montaña estaba llena de gente.

Hicieron una presentación de la competición y subimos hacia la zona de salida. Unos cuantos militares bajaron derrapando con los esquíes para "preparar" la "pista". El circuito era un slalom gigante, con una bajada infernal, totalmente llena de baches, zanjas, montones de nieve y las banderas del slalom. La salida la daban por un walquie desde abajo y era a una sola manga.

Esperando a que comenzase la competición algunos marroquíes se reían de las pistas de España, " en España no hay pendiente", repetían. Competían varios militares, su nivel era bastante bueno. Comenzó la competición y llegar hasta el final marcando un buen tiempo era bastante complicado. Los dos representantes españoles de esquí no tuvieron suerte, con caídas en la segunda y en la tercera puerta.

Al cabo de un tiempo llegó el turno al snowboard, pero la mayoría estaban en la montaña disfrutando de las impresionantes líneas que había para bajar. El ministro se quería ir a comer, y estaban a punto de dar por terminada la competición cuando llegaron a tiempo dos participantes. Se tiraron y terminó la competición, mientras a lo lejos llegaba el resto de equipo. Ambos llegaron a la meta, aunque la bajada les resultó bastante dura. Una pequeña discusión sobre el tema de las ausencias (la mayoría no habían competido) y nuestros anfitriones nos llevaron a comer, cuando la sorpresa nos dejó mudos a todos.

Menudo festín, interminables mesas de buffette, llenas de exóticos platos típicos de marruecos; había una mesa para las carnes, otra para los pescados, otra para verduras, los postres, etc.

Nos repartimos por diferentes mesas entre los componentes del Gobierno y los militares, compartiendo historias.

Después de comer, mientras se iba recogiendo todo el tinglado y los Bereberes regresaban a sus pueblos en camiones, decidimos patearnos la montaña que teníamos frente al hotel que terminaba en un lago parcialmente helado, para darnos un buen freeride de despedida.

Una buena pateada y a disfrutar de la bajada al atardecer, aprovechando los últimos giros. Algunos hicieron dos bajadas.

El día terminó y todos se marcharon menos el equipo de la Asociación Española de Deportes Extremos. Antes de irse nos dejaron dinero, entre todos, para regresar a España: estábamos sin gasoil. También se quedaron nuestro amigo Sami, Mustafá, Mari Luz y Pablo que bajarían con nosotros hasta Marrakech y luego se irían al desierto.

Por la noche hablamos de más rutas, de volver a estas montañas... de lo que estábamos disfrutando el viaje.

Alto Atlas. Zoco de Marrakech. CUARTO DÍA.

Nos levantamos a eso de las nueve, recogimos y nos fuimos hacia Marrakech. Al bajar fuimos descubriendo los impresionantes valles que recorría el puerto, con pueblos de adobe y piedras esparcidos por las montañas y fértiles valles llenos de cultivos; las laderas estaban aterrazadas para poder ser cultivadas.

Sistemas de cultivo y regadío antiquísimos pero muy efectivos que han permitido a estas gentes habitar estas montañas.

Numerosos niños salen a la carretera por todos lados. No paramos de repartir la ropa, la comida y todo lo que llevamos y que sabemos que no nos va a ser estrictamente necesario para llegar a España.

También hicimos algo de trueque para llevar unos recuerdos para los amigos y la familia.

Bajábamos muy despacio, intentando ver todo lo posible; valía la pena pararse en cada momento a contemplar el paisaje.

La nieve en las zonas altas daba paso a unas rocas rojizas, muy erosionadas, hasta llegar a la zona de ladera cultivable, que una acequia delimitaba perfectamente con una línea a favor de una curva de nivel de cada montaña. A partir de la acequia las laderas eran verdes. De la acequia principal salían el resto de pequeños canales que se usaban para regar los cultivos en terraza.

Llegamos a la llanura, ya cerca de Marrakech. Al fondo dejábamos el tremendo paquetón que se veía desde todos sitios.

Sami nos enseño un poco Marrakech; la ciudad está rodeada de una muralla medieval. Fuimos a la plaza con las cobras, macacos, culebras, tatuadoras de ghena, y un sin fín de personajes. Visitamos el zoco, donde había de todo, hasta tiendas de magia negra con brujos.

Nos rodeaba una gran diversidad de olores, colores y sonidos. Menudo jaleo de gente.

Estuvimos una horas disfrutando de la ciudad y nos despedimos del grupo de Sami. Se iban para el desierto, uno de nuestros siguientes objetivos.

Nos dirigimos con menos prisa que a la ida, pero sin pausa, hacia el norte. Se nos hizo de noche y dormimos en la furgoneta por las montañas del Rift, totalmente despistados.

En las montañas del Rift. QUINTO DÍA.

A la mañana siguiente tomamos un té y seguimos el viaje. Por la tarde llegamos a Ceuta. Antes visitamos el mítico pueblecito de Chefchaguen y disfrutamos de más té verde, tan común en el país.

En la frontera esta vez no tuvimos ningún problema; enseñamos un trofeo, la copia del fax y todos se despedían de nosotros, "bslama alpinistas". Llegamos al control de la Guardia Civil, otra vez en España. Cruzamos a Algeciras y fuimos hambrientos a canjear vales de comida basura, ¡¡con lo bién que habíamos comido en marruecos!!.

Llegamos a nuestra casita en Granada, tratando de asimilar el pedazo de viaje que nos habíamos dado. Menudas montañas tiene el Alá ese. Un saludo para todos los que vimos en ese viaje,

¡¡ Bslama !!

TEXTO Y FOTOS: DAVID CASTÁN MONTES. Copyright © 2001 Asociación Española de Deportes Extremos. Todos los derechos reservados.